“Justicia 2030 es el plan más ambicioso jamás pensado para la administración de Justicia desde la Transición española" dice el ministro de Justicia


20 oct 2020


 

El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha pronunciado hoy una conferencia titulada “Justicia 2030: más allá de la Justicia”, (no sabemos hasta dónde) en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. En la intervención Campo ha señalado que el programa “Justicia 2030 es el plan más ambicioso jamás pensado para la administración de Justicia desde la transición española” (o más allá).


En ese sentido, el ministro ha indicado que “el modelo de la Justicia del futuro que habíamos proyectado en nuestras mentes, se ha adelantado en el tiempo”, en alusión a los cambios propiciados por la pandemia (y que algunos de estos cambios nunca quisieron llevar a cabo, caso del teletrabajo)

 

En su diagnóstico de la Justicia en España, el ministro ha explicado que no es un problema de recursos económicos ni recursos personales, sino más bien de su ensimismamiento y falta de una mirada más atenta a la sociedad (lo dice alguien que lleva dos décadas en cargos políticos sin pisar una sede judicial). También ha hecho hincapié en que “la Justicia tiene que sincronizarse con una realidad que es cambiante” (la tierra es plana y gira alrededor de sí misma y del Sol).

 

Entre los proyectos tecnológicos incluidos, Campo ha destacado las oficinas municipales de Justicia (los Juzgados de Paz del siglo XXI, en el que ya estamos hace dos décadas), el proyecto de transformación digital del modelo de Registro Civil (llevamos diez años con esta "cantinela") o la Inteligencia artificial aplicada a la Justicia y orientada al dato (esto es cosa del nuevo director general de Transformación Digital de la Administración de Justicia, Aitor Cubo, que procede de otras Administraciones y al que deseamos suerte en el intento).

 

Asimismo, el ministro ha destacado la reforma de la LECrim, que supondrá “la superación de la figura del juez instructor”, al transferir la instrucción a manos del fiscal (¿seguro que lo están deseando ambos cuerpos?).

 

Esto es lo que nos espera según el ministro.
Una pena que se olvide de todo el personal de la Administración de Justicia, de todos los grupos profesionales que trabajamos en la misma, de la mejora de sus condiciones laborales, de incrementar sus retribuciones, de eliminar la desigualdad territorial en el abono del complemento específico, de la recuperación del hachazo de mayo de 2010 en nuestras nóminas siendo él Secretario de Estado de Justicia, del mejor equipamiento de los juzgados, de la dispersión de sedes judiciales, de la seguridad y salud laboral (reconocimientos médicos, vacunación, PCR), de la formación (presencial, online, y de adaptación al puesto de trabajo) adecuada a las necesidades existentes, de la convocatoria de comisiones de servicio, de incrementar la oferta de empleo público, de convocar y resolver los concursos de traslado a tiempo, de un mejor servicio de la Mugeju recuperando prestaciones y cuantías, etc., etc. Una pena, porque parece que todo esto lo dejará estar en el siglo XX.

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