PODER ADQUISITIVO HURTADO A LOS EMPLEADOS PÚBLICOS.


6 feb 2020




En las últimas semanas, con las idas y venidas del Sr. Sánchez respecto al incremento que tendremos en nuestras nóminas para este año 2020, que es del 2% con efectos desde el 1 de enero, determinados medios de comunicación han vuelto a sacar a la palestra la cantinela sobre el poder adquisitivo de los empleados públicos y sus "privilegios" por la seguridad de su empleo obtenido por oposición. Así, hemos podido leer, como "pensionistas y funcionarios dispararon su poder adquisitivo en 2019" sin hacer la más mínima alusión a todo lo que nos han hurtado durante la última década, por no ir más allá. 

Parece que se avecinan tiempos donde atizar al funcionario público pueda volver a estar de moda, en busca del aplauso fácil del público desde el desconocimiento de la realidad. Así, para los intencionadamente desmemoriados, recordamos los datos elaborados por José Luis Blanco, profesor de la Universidad de Almería publicados en cienciaexplicada.com

Pérdida acumulada de poder adquisitivo 1982-2014 de los empleados públicos: 38,88%

 


Año
IPC
Incremento Salarial
    Diferencia
2015
0,0%
0,0%
    0,0%
2016
1,60%
1,00%
   -0,60%
2017
1,10%
1,00%
   -0,10%
2018
1,20%
2,00%
   +0,80%


  
En 2019, hemos tenido una subida salarial del 2,5% mientras que el IPC ha sido del 0,8%. Y con efectos 1 de enero de 2020 deben incrementar nuestras nóminas en un 2%. Sólo durante el trienio 2018-2020 no vamos a perder dinero.

Estos datos a nivel de empleados públicos, pero desde CCOO, y ya en nuestro propio ámbito, el de la Justicia, consideramos que no hay tiempo que perder, y debemos ver incrementadas nuestras retribuciones, amén de las comunes para todo empleado público, y eso se podrá producir principalmente a través de la carrera profesional horizontal y de la mejora sustancial del complemento específico del ámbito no transferido, junto al resto de reclamaciones salariales, y devoluciones de derechos recortados durante la última década. Así como de la adecuación de nuestros salarios base, en función del incremento progresivo que se está llevando a cabo con el salario mínimo interprofesional en el ámbito de los convenios colectivos de la empresa privada.

Y no nos olvidamos de la recuperación del recorte de nuestros salarios que se perpetró en mayo de 2010, con una media del 5% de "hachazo" a nuestras nóminas; del reparto de los fondos adicionales para la Administración de Justicia, de un millón y medio de euros aproximadamente para cada uno de los años 2018, 2019 y 2020; de la eliminación de los grupos de población en el Complemento General del Puesto, elevándose las cuantías de este concepto retributivo hasta alcanzar para todo el personal las que se perciben en Madrid y Barcelona; de la extensión del complemento de productividad a todos los cuerpos funcionariales; de la recuperación y actualización del complemento en los Juzgados de Violencia de Género; de la actualización de las retribuciones por los servicios de guardia; de la elevación de los fondos de acción social al 1% de la masa salarial global, comenzando, como mínimo con la reposición de las cantidades anteriores a los recortes de 2012, y la elevación de las prestaciones de la Mutualidad General Judicial, recuperándose también, como mínimo, las vigentes antes de los recortes de 2012. Y que se proceda por el ministerio a realizar de nuevo aportaciones a nuestro Plan de Pensiones, debiéndose eliminar la diferencia del copago de medicamentos cuando nos jubilamos, en comparación con el Régimen General de la Seguridad Social.

Y en ello estamos, y debe ser el objetivo de este 2020, aunque el nuevo ministro de Justicia nos quiera distraer con la eliminación de los Registros Civiles, la movilidad funcional del art. 521 de la LOPJ, o la implantación de los Tribunales de Instancia.


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