Los operadores jurídicos consideran que la digitalización forzosa desde 2016 de las sedes judiciales está muy lejos del objetivo de reducir los tiempos y agilizar los procedimientos
Si para fabricar 12.000 hojas de papel se necesita la celulosa de un
árbol, para suministrar a los juzgados de Valladolid en un solo día
hacen falta casi dos árboles, con una media diaria de 20.778 folios A4
al día. Y eso cuando se cumplen tres años de la implantación obligatoria de Justicia Digital o 'papel cero',
la medida estrella del anterior ministro de Justicia, Rafael Catalá,
dirigida a que todas las notificaciones, demandas y escritos se
realizaran en soporte digital. Pero se está todavía muy lejos de
eliminar el papel de los juzgados y de conseguir el objetivo primordial
de reducir los tiempos y agilizar los procedimientos. Según los datos de que dispone la Gerencia del Ministerio de Justicia en Valladolid, que tiene competencias en los juzgados de León, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora,
el último contrato de abastecimiento de papel que corresponde a los
ocho meses comprendidos entre el 1 de junio de 2017 y el 1 de febrero de
2018 (los últimos datos de que se dispone) suma para las cinco provincias 31.375 paquetes de 500 folios cada uno,
con un coste total de 75.099 euros (importe con IVA). La mayor remesa
la consumen las sedes judiciales de Valladolid, 10.057 paquetes de
folios, con un coste de 24.072 euros. Suponen 1.217 paquetes de folios
al mes y, de media, 20.778 folios al día.
Aunque, según
se constata por los datos de los contratos de suministro, hubo un
repunte en los primeros meses de implantarse la medida, es cierto que se ha reducido el consumo en 200 paquetes al mes respecto de los 15 meses anteriores a junio de 2017,
pero todavía en febrero del año pasado el gasto en papel fue
considerable y evidencia que se compaginan los formatos digitales con
las copias impresas de documentos, e incluso, escaneadas.
Los
contratos de abastecimiento de papel están centralizados para el
territorio Ministerio (Castilla y León forma parte del conjunto de
comunidades que no tienen transferidas las competencias en materia de
Justicia) y el pasado abril hubo problemas de suministro cuando
subió el precio y la empresa suministradora, una firma portuguesa, había
presentado un presupuesto tan ajustado que no pudo asumir el encargo y
quebró, ya que su principal cliente era el Ministerio de Justicia de
España. A partir de esa fecha las
adjudicaciones para el abastecimiento de papel se las reparten otras
empresas.
Desde los operadores jurídicos se reconoce que, con el cambio de gobierno y la nueva ministra Dolores Delgado «se ha reducido bastante la presión»
para digitalizar a toda costa los usos y costumbres en las sedes
judiciales, un cambio que todo el mundo coincide en que es necesario e
irreversible pero que critican todos, también jueces y fiscales, «porque
se ha hecho sin contar con los interesados y con una escasa inversión
en medios técnicos y humanos», señalan, si bien coinciden en que, poco a
poco, la situación con la denostada plataforma Lexnet ha mejorado.
Que el consumo de papel sea todavía tan importante, ... , lo que también se nota en el importante
trasiego de 'toner' de las impresoras en los juzgados cuyo gasto, «en
lugar de disminuir, ha aumentado», puntualiza Raúl Franco, delegado del
sector de Justicia de Comisiones Obreras, quien corrobora que sigue
siendo llamativo, después de tres años de aplicación del 'papel cero'
«que lleguen furgonetas con palés de cajas de folios».
En
el horizonte próximo, vaticina, «va a seguir así en todo el territorio
Ministerio, con esas necesidades de papel y cambiando impresoras, ... hay asuntos urgentes que requieren una
respuesta ya, como los de violencia de género, que no pueden estar
esperando al relojito de la pantalla». El motivo es que la plataforma falla demasiado,
«aunque este año en Valladolid han conseguido que no se caiga del todo,
pero la lentitud es exasperante», indica el sindicalista. Así que, de
momento, el objetivo de sacar adelante más trabajo en menos tiempo y,
por tanto, la agilización de los procedimientos para dar una respuesta
rápida al ciudadano, sigue sin cumplirse.
El decano del Colegio de Abogados de Valladolid, Javier Garicano, indica que en
el último año se han producido pocos cambios en lo que se refiere al
sistema Lexnet, «porque sigue siendo una aventura mandar algo a través
de él y es francamente mejorable», pero reconoce que la
digitalizaciòn ha venido para quedarse y «nos obliga a cambiar algunas
sinergias en la manera de trabajar». Pero, aunque el 'pincho' se está
imponiendo para recoger la documentación de los procedimientos, «al
final acabas imprimiendo, en especial, cuando se trata de documentos
trascendentes o de macrocausas inabarcables».
La informática
depara no pocos problemas en la vida diaria de los juzgados, que
conlleva desesperación para los funcionarios y jueces, tiempos muertos y
demoras. Cuando no es en sala porque la videoconferencia o el
sistema de grabación conectado a los micrófonos falla, es porque los
documentos a disposición de las partes en el procedimiento desaparecen.
Los problemas con 'el extravío' digital de documentación, recuerda
Garicano, se pusieron de manifiesto por parte de los letrados de la
defensa durante el juicio del Plan General de Ordenación Urbana en la
Audiencia de Valladolid. En los discos facilitados por el juzgado,
faltaban planos y otros documentos esenciales para la causa.
Hace hincapié también este letrado en las
diferencias que todavía existen entre los juzgados de comunidades con
las competencias transferidas y los que están en territorio Ministerio,
como ocurre con Castilla y León, «donde no tenemos la posibilidad de
acceder directamente al expediente judicial y no sabemos si lo que hemos
mandado llega tal cual al juzgado». Siguen siendo plataformas
diferentes, de forma que «un profesional de Valladolid que quiera
trabajar en Santander, por ejemplo, tiene que darse de alta en su
sistema». Envidia, como el resto de operadores jurídicos, «un sistema
como el de Hacienda».
La decana de los procuradores de Valladolid,
Cristina Goicoechea, que representa al colectivo pionero en las
notificaciones electrónicas, indica que, hoy por hoy, el papel es imposible de eliminar.
«Depende de la capacidad de adaptación que desarrollemos o no, pero es
verdad que hay asuntos que, para tomar una resolución judicial, hay que
mirar muchos documentos a la vez, cotejarlos, y la informática todavía
no permite eso: A veces hace falta el papel, no por comodidad, sino por
eficacia». La procuradora señala que en estos tres años «no se ha
cumplido con el objetivo de rapidez ni 'papel cero', pero sí el de
seguridad jurídica y de control fuera del territorio y ha mejorado la
comunicación de juzgado a juzgado».
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